Quien no tiene secretos
nunca tendrá piedad.
BENJAMÍN PRADO
Me pregunto a donde irán a parar todas aquellas medias verdades
que nunca completamos por miedo a fracasar,
a donde irán todas las palabras que nos guardamos dentro de nosotros
en vez de decírselas a quien las desea escuchar.
Te preguntas si será verdad la mentira que oculto con mis manos,
si existe algo más allá de ti y de mi que es inalcanzable,
una verdad insoportable, una media verdad incómoda
-o más directamente- una mentira.
Sonries al pensar que no hay nada cierto en todo lo que digo,
que siempre oculté una parte de verdad en cada mentira
y que cada mentira tuvo siempre algo de verdad.
Sonrío y te pregunto si todo lo que ves es real
o tienes miedo de que algo ya no exista.
Me miras suplicando que te diga la verdad.
Me acerco a ti y te susurro: “quien no tiene secretos
nunca tendrá piedad”.